jueves, 9 de marzo de 2017

¿El porcentaje o de lo mío qué?

 

 Nos cuesta tanto trabajo leer que uno de los periódicos más vendidos como es “El Marca”, basa toda su estrategia en mucha imagen y poca letra  - se calcula que su duración debe ir en consonancia con el tiempo que tarda uno en tomar su café y bollo suizo -  y eso que no paran de avisarnos que la lectura  agiliza la mente y que la imagen la embota, la atrofia. En esa misma línea puede justificarse la abundancia de % en los titulares o destacados de noticia, con la intención de agilizar la lectura – tengo amigos que sólo leen titulares- , recordar la noticia y estimular su lectura.  No hace mucho se nos decía que el 39,5 % de los españoles no leyó ni un libro en 2015 – sería interesante conocer la calidad de los leídos -, que sólo el 4% de los alumnos asturianos  de Educación Primaria tenían un nivel matemático muy alto  o que la subida de las pensiones para este año era del 0,25, a pesar de que los precios al consumo habían subido un 1,5 %, y como estos datos podría ir dando más  que esbozan cual es el mundo que vivimos: éxitos y fracasos .

En un país donde anida la corrupción en todas o casi todas las instituciones no es o no debería ser noticia hablar de ella, pero ayer, no sé por qué,  después de tantos años suponer que el porcentaje era del 3% como denunció  en sede parlamentaria el Sr. Maragall, escuchar que el porcentaje era del 4% me sobrecogió, me avergonzó y ya pasado el susto me compadecí- y recuerdo las palabras del padre de Margarita que le decía con frecuencia: ¡Hija, que no te tengan pena!- . Un episodio más de la miseria humana, de la codicia en esta sociedad de la codicia donde nadie tiene bastante, a pesar de la edad, estudios y clase social. Con razón decía el Señor que, ahora que estamos en Cuaresma, si había diez justos en Sodoma no la destruiría…Paren el tren que me quiero bajar , pues una cosa es intuir, sospechar que se ha robado, y otra que el propio autor lo confiese, lo declare con pelos y señales y que indique además quienes son sus cómplices . ¡Cuántos años llevamos soportando  protestas y tensiones  en defensa de una supuesta  Independencia de Cataluña cuando los fines eran otros  y con el dinero de todos!. Las escenas del Telediario son de sonrojo y vergüenza para todos y especialmente para todo catalán de bien, de buena fe,  que con su trabajo diario anhela para él y los suyos un progreso y un bienestar que cuatro tahúres han usurpado y denigrado.

Una frustración colectiva más, otro engaño más, pero no va impedir que ese proceso de limpieza que exige toda la sociedad española se pare, sino al contrario, se incremente, y que ante ambiciones desmedidas que no dudan esquilmar las riquezas de una región por espurios interés personales, suene la voz de la solidaridad, de la ayuda, de la verdadera y alta política, la de aquellos que anhelan para todos un futuro digno y mejor, dentro del máximo respeto y peculiaridades de cada uno. ¿Qué dirán aquellos intelectuales de mediados de los 70 que pusieron su granito de arena para una Transición pacífica y noble? ¿Qué diría Josep Pla? Recuerdo la labor cultural que la Editorial Destino y su revista del mismo nombre hizo para conciliar y prepara el paso del franquismo a la Transición o los reportajes de la revista El Ciervo, uno de cuyos números glosó la figura de un combativo Jordi Pujol. No tengo reparo en reconocer que  las mejores novelas de guerra y postguerra se ubicaban en Barcelona, así “La Plaça del Diamant” de Mercé Rodoreda y “Nada” de Carmen Laforet, lo mismo que ahora es la ciudad más visitada de España por los turistas y su principal fuente de ingresos, con casi el 15% de su PIB.

Hoy ese fatídico porcentaje del 4%, el mismo que hay de alumnos asturianos de Educación Primaria aventajados en matemáticas, ha roto un mito  , ha despejado un telón, ha puesto al descubierto  a un gigante  con pies de barro , que se abasteció o quiso abastecerse del sentimiento sano y noble que tiene toda persona bien nacida a su tierra, para funestos e incluso trágicos fines.

Hay días que cuesta coger aliento y hoy, después lo vivido y escuchado, ya entiendo que las enfermedades del sistema circulatorio sean la principal causa de muerte en España, con un 29’7%, y es que ante decesos de esta magnitud, no todos aguantan. No obstante soy optimista y sé que saldremos de ésta y a ello nos invita Miguel Hernández, en el centenario de su nacimiento,  con esos conocidos versos que dicen: “La juventud siempre puja, la juventud siempre vence; la salvación de España de la juventud depende”,  con la aclaración de que yo entiendo por “joven”, toda persona de bien que se compromete en lograr una sociedad más próspera,  justa y equitativa, sea cual sea su edad, y donde la exclusión no exista.
                                       

                                             José Antonio Noval Cueto.

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