sábado, 26 de diciembre de 2020
sábado, 12 de diciembre de 2020
“Olalla blanca en lo blanco…”
martes, 8 de diciembre de 2020
¡Que la Inmaculada esté contenta!...
Estas palabras que escribo son una deuda pendiente que tengo
contraída con una de las personas más
destacadas y sobresalientes del siglo XX, que entre otros muchos méritos tiene
uno que le hace singular y que produce asombro con solo leerlo, y es que fue
tal su amor, su caridad y su generosidad con el prójimo, que en momentos límite
e inhumanos como era la vida en un campo de concentración, fue capaz de
cambiar, de canjear y entregar su vida, “la de un anciano de 47 años”, como él
decía, - hoy diríamos la de una persona en su madurez y plenas facultades- por
la de un desconocido padre de familia que había sido elegido para morir de sed
y hambre en el campo de exterminio de Auschwitz, junto con otras nueve personas
más elegidas al azar , en venganza y represalias por la huida de un preso.
Actos o conductas de este nivel escasean, por no decir no abundan, casi no
existen, y la Inmaculada lo hizo posible en la persona de San Maximiliano
Kolbe, ya que como el mártir reconoce.” Por Jesús soy capaz de padecer más,
pues la Inmaculada está conmigo y me ayuda” …”En la Inmaculada todo lo puedo”
Y es que estas palabras no son meras locuciones pronunciadas
en un momento de desesperación, sino que vienen avaladas por hechos. El padre
Kolbe fue creador de la asociación piadosa “Milicia de María Inmaculada”; fundó
en la ciudad de Teresín, cerca de Varsovia, el convento franciscano de “Neipokalanow”
o “Ciudad de la Inmaculada”, y en difíciles circunstancias como era la II Guerra
Mundial reeditó la revista de “El caballero de la Inmaculada”, con la intención
de llevar paz y esperanza en situaciones terribles y desesperadas
Todos los años el día 14 de agosto, víspera de la Asunción,
festividad de San Maximiliano Kolbe mi cabeza, desde la admiración asombrosa,
intenta imaginar y recrear aquellas trágicas escenas de vejación y muerte, y
más ahora que se cumplieron 75 años de
la Liberación del campo de concentración de Auschwitz o ‘campo de la muerte’ y cuando
nuevamente vivimos una situación agónica
y desesperanzada que nos va a obligar a
celebrar una Navidad, la del 2020, marcada por las prescripciones, prudencias y el temor, pero eso sí, sin renunciar a la
alegría que trae el Niño-Dios, base de nuestra fe.
En estos momentos que escribo estas palabras el Cuerpo de
Infantería, con los protocolos adecuados, rinde homenaje a su Patrona y Patrona
de España, la Inmaculada Concepción; Paraguay implora protección a su patrona,
la Virgen de Caacupé, y muchos sacerdotes se las ingenian como pueden para
llevar su prédica a sus fieles, y es que la solemne ocasión lo pide, es la
Inmaculada, y estamos en Adviento. Así,
gracias a los medios digitales, he podido seguir las certeras y medidas
homilías, de poco más de cinco minutos, que mi amigo Don Carlos, dirigía a las
familias de su colegio con motivo de la novena de la Inmaculada, y me recuerdan
que para preparar la venida del Señor debemos acudir a su Madre, a María, la
esclava del Señor , la que confirma nuestra fe y alienta nuestra esperanza, la
que es causa de nuestra alegría y que para estar alegre – en tiempos tan
funestos y aciagos como los que vivimos-
tenemos que olvidarnos un poco de nosotros mismos, abrirnos a los demás y
evitar que la tristeza dañe y lapide nuestro corazón, y es que como muy bien dice Santo Tomás de
Aquino “la alegría es el primer efecto del amor”, y es que para ser feliz como
dice San Josemaría Escrivá solo se necesita un corazón enamorado; por favor, no
confundamos felicidad con sofá.
De todo esto y de mucho más da cumplida referencia San
Maximiliano Kolbe, no hace mucho preso nº 1670 de Auschwitz, en plena Navidad
de guerra, año 1939, cuando decía “conquistemos para la Inmaculada todos los
corazones. Que la Inmaculada esté contenta. Vivamos de amor”, y es que como él
decía “En la Inmaculada todo lo puedo”.
Figuras y trayectorias de tanta fe y coherencia, de tanto
heroísmo y humanidad como la del Padre Maximiliano Kolbe no pueden quedar en el
olvido, en el silencio cómplice, y la Inmaculada , en el día de su festividad, sabedora
de la deuda de admiración y asombro que tengo contraída con su fiel devoto, el
Padre Maximiliano Kolbe, me ha alentado a escribir estas letras que sé que no logran, ni con mucho, reflejar
la excepcionalidad del fraile franciscano, pero evitan el olvido y alientan a
pensar que si otros lo han logrado, nosotros también, y es que como muy bien
decía el padre Kolbe: ”La Inmaculada está conmigo y me alienta”.
José Antonio Noval Cueto.
PD: “…Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida
de sol, con la luna bajo los pies, y sobre la cabeza una corona de doce
estrellas” (Apoc.12)
lunes, 7 de diciembre de 2020
“Fin del relato y algunas curiosidades o sorpresas…”
Después de una lectura lenta y sosegada de casi setecientas
páginas llega uno al final del viaje. En dos escritos anteriores he comunicado
la intención que se había propuesto el Arzobispado de Madrid al editar este
documentado volumen titulado “Martirologio Matritense del siglo XX”, donde
desde el perdón, con la sana intención
de que hechos tan inhumanos como los que se narran no se vuelvan a repetir, expone
, a modo de ficha, la biografía de 427 sacerdotes y seminaristas asesinados que
tristemente testimonian la persecución religiosa de la España de los años
treinta, y que a día de hoy dan la luctuosa cifra de 12 obispos, 4.200
sacerdote y seminaristas, cerca de 3000 religiosas y decenas de miles de laicos
comprometidos. Todo ello narrado con la máxima imparcialidad y desde la caridad
y comprensión cristiana de unos sucesos que entronan la locura y el odio como
norma de conducta, algo impropio del ser humano reflexivo y bien formado,
independientemente de cuál sea su manera de pensar, pues ninguna idea justifica
una muerte. Todo este relato se hace de manera objetiva, clara, sencilla, con
la única intención de dejar constancia y facilitar la convivencia entre todos.
De sus páginas no se desprende sangre, rencor, sino comprensión, perdón. Se
narra desde la verdad, la justicia , el cariño, la comprensión. No se respira
rencor, odio ni violencia.
En este último escrito como bien dice su título, como
asturiano que soy, trato de buscar cualquier implicación que Asturias y sus
gentes tengan en el desarrollo y contenido del libro. Algo que no debe
sorprendernos pues siempre ha habido mucho trasiego y comunicación y buena vecindad entre ambas
provincias, y eso a pesar de las dificultades orográficas de todos conocidas. Y he aquí que entre los 427 mártires hay cinco
asturianos y un de descendiente de asturianos. Todos ellos de edades que van
desde los 94 a los 58 años. Así el sacerdote don Antonio del Fresno Arroyo, de
66 años, Director del Refugio de San José ,natural de Oviedo, hijo de Ramón del
Fresno, que abrió en 1858 el primer estudio de fotografía de la ciudad, en la
calle de Los Pozos. Don José Fernández
Montaña, de 94 años, el más anciano de todos los biografiados ,exdecano de la
Rota y miembro dela Academia de la Historia, natural de Santa María de Miudes
(El Franco), preceptor del niño Alfonso XIII y asesinado un 26-X-1936. Don
Julio García Artamendi, de 62 años, capellán castrense retirado , natural de Trubia donde al encontrarse de
vacaciones es detenido y asesinado en Sograndio. Don Segundo Vuelta Álvarez, de 63 años, Teniente mayor jubilado de San
Antonio de la Florida y don Ramón Iglesias Suárez, de 58 años, Párroco de El
Salvador y San Nicolás, de 58 años, que es asesinado en Paracuellos del Jarama
un 28-XI-1936, y en el apartado de sacerdotes descendientes de asturianos tenemos al sacerdote Don Galo López Ordax, de 54 años, coadjutor de la
parroquia de la Asunción de Colmenar Viejo, cuyos padres descendientes de
Cangas de Narcea, eran propietarios del café Las Columnas de la Puerta del Sol
y después con el mismo nombre en Colmenar Viejo. Para concluir este apartado
referente a Asturias, no podía faltar Covadonga, en la persona de san Pedro
Poveda Castroverde, fundador de la Institución Teresiana, y canónigo de
Covadonga el 13 de octubre de 1906 , donde su fundación tiene una permanencia constante, y ya por último se hace referencia a un obispo sierense, natural
de Valdesoto, fray Bernardo Martínez Noval, cuyo biografía de Jovellanos fue
reeditada hace algunos años por el Ayuntamiento de Siero, que en su etapa
de obispo de Almería ordenó, un 29 de mayo de 1926 al ya beato Agustín Navarro
Iniesta, coadjutor de Carabanchel Bajo.
En el apartado de sorpresas y curiosidades, en la
lectura de este libro descubro que el sacerdote y mártir don César Manero Zaro,
de 61 años, párroco de Santa María de Alcalá de Henares salvó , gracias a su
previsión, el Libro de Bautismos donde consta que Cervantés nació en 1547; que
un joven sacerdote, de 25 años, coadjutor de San Martín de Valdeiglesias, hijo
de sordomudos, fue asesinado un 24 de julio de 1936; que Don Manuel Parejo
Bahamonde, de 47 años, párroco de Nuestra Señora del Carmen y San Luis, fue
nombrado Hijo predilecto de Don Benito en 1919 y que tiene calle en el lugar,
lo mismo que el párroco de Alcobendas don Mariano Sebastián Izuel, 59 años. Que
el sacerdote mártir don Julián Fernández Díaz, de 47 años, natural de Trujillo,
fue asesinado en Sigüenza un 4 -XI-1936, el mismo día que nació; que joven
párroco de Torrelodones, de 30 años, fue bautizado un 13 de mayo de 1906 o que
el sacerdote Don Santiago Carrillo de Blas, de 25 años, devoto de la Pasión del
Señor, fue asesinado precisamente un 14 de setiembre de 1936, día de la
Exaltación de la Santa Cruz, y por último no tengo empacho en reconocer que desconocía que en Guadalajara existía un pueblo que se llama Galápagos.
La lectura de este libro deja abiertas muchas preguntas que
quien más, quien menos se plantea, su respuesta no es fácil, quizás nos hace
falta más distanciamiento de los acontecimientos para ser más objetivo y más ahora que
algunos han visto rédito electoral en estas inoportunas guerras de la memoria
que tensión, dividen, dificultan la convivencia entre los españoles, algo que
nuestros mayores, ya fallecidos, nos reprocharían abiertamente. Los hechos son
estos, por mucho que nos pesen. No hay justificación para matar a nadie. ¿Cómo pudo ejecutarse semejante barbarie?¿Por
qué se produjo? ¿Quién la alentó? ¿Quién sembró tanto odio, tanta
violencia, tanto rencor?... Tácticas o
técnicas que algunos colectivos parecen querer poner en circulación nuevamente
para evidenciar una supuesta progresía, ya que no saben mover la economía, ni generar empleo, ni resolver
los problemas que de verdad preocupan al ciudadano, y a los hechos me atengo y es que parece ser que la mayor preocupación que tenemos es si el castellano ha de ser o no lengua vehicular en todo el territorio . “ Lo peor,
como dice el tío Julio- personaje de Martín Descalzo- es que todas las
guerras civiles terminan lo mismo, con dos cementerios, uno de muertos y otro
de vivos…” y es como muy bien dice el autor de "Lobos, perros y corderos", Padre José Luis Martín Descalzo, " no hay en el universo nada más digno de compasión que la condición humana..."
domingo, 29 de noviembre de 2020
“Continúa el relato…”
Es muy dado entre los gastrónomos utilizar la palabra nupcial
“maridaje”, “maridar”, para hablarnos de las buenas relaciones que hay y se
generan entre los sabores de carnes y pescados, y los vinos tintos o blancos
que les acompañan. Otro tanto ocurre con la lectura y los intereses de cada
lector. Hay quien marida por géneros, ya narración y ensayo, ya narración y
poesía…, y hay quien busca el maridaje por temas, independientemente del
género, y esto es lo que me ha pasado a mí, que últimamente, sin proponérmelo, me he visto leyendo dos libros a la vez, de
idéntica temática y diferente género. Uno de tema histórico, de máxima
actualidad, donde en breve fichas se traza la semblanza de 427 mártires de la
Guerra Civil Española, publicado por el Arzobispado de Madrid y de cuyo
contenido ya he hablado en estas páginas y volveré a hacerlo hoy; el otro, de
tema narrativo, se titula “Lobos, perros y corderos”, cuyo autor es José Luis
Martín Descalzo, publicado en mayo de 1978 y que incide también en la Guerra
Civil, a través de David, joven
sacerdote, que recién ordenado viene a pasar unos días con sus tíos en el
pueblo asturleonés de Torre, donde también acaban de llegar unos milicianos
asturianos dispuestos a imponer y mantener su autoridad. Libro que refleja bien
el espíritu de la Transición. Los fines
de ambos libros son diferentes, pero ambos ayudan a comprender más la gravedad
de lo vivido y sus consecuencias, algunas de las cuales aún perduran en el
presente bien como memoria histórica o como argumento electoral.
De estos ocho sacerdotes predominan los de edad madura,
mayores de 40 años, uno de 28. La
mayoría de ellos son articulistas de prensa, ya en “El Castellano”, “El Pueblo
Manchego”, “ABC”,” LA Acción “ o “La Nación”, y dos de ellos poetas, como don
Adalberto Delgado Ruiz que nos ha dejado la letra del “Himno de la Virgen de
Guadalupe Augusta Reina de Extremadura”, y don Anastasio Arnáiz Álvarez que
además de sus poesías , publicó en 1923 el Libro de “Las Bodas de Oro de las
H.H de los Ancianos Desamparados” e incluso uno de ellos , don Valeriano
Hurtado Soria, fundó “Radio España” en
1930.
Una vez más se demuestra que la escritura es un arma de combate
y
que hace más daño un papel y un bolígrafo que el misil más certero, ya que lo que se escribe
permanece, persiste, perdura , conforma la auténtica verdad de lo ocurrido, por
muchas campañas y relatos ficticios que se escriban para tergiversar lo ocurrido,
y es que como decíamos de niños “la verdad siempre rescampla”. Hoy nuevamente
parece que quieren cabalgar los jinetes de la mordaza, de la censura, de la
supervisión alternativa y nos compete a todos evitarlo, pues poco puede hacer un pueblo sin verdad, sin justicia, sin dignidad, y menos avanzar.
Este libro es testimonio de la violenta persecución religiosa
que acosó a España en los años treinta y en este caso concreto a Madrid.
¿Motivos? ¿Causas? ¿ Propaganda? ¿Mentiras? ¿Calumnias?... Son hechos. Este libro , desde el perdón, da voz a 427
personas asesinadas en Madrid , con la única intención que hechos de esta
naturaleza no se repitan ni tengan cabida en mente humana, porque, a pesar de
los pesares, yo pienso como el sacerdote David, de la novela de Martín Descalzo
, cuando decía al alcalde preso de Torre: “En medio de la oscuridad cierre los
ojos, apriete los puños y dígase en voz alta: “ Creo, creo en el hombre y en su victoria sobre el odio y
la muerte”
José Antonio Noval Cueto.
sábado, 21 de noviembre de 2020
“El relato y el relator…”
domingo, 15 de noviembre de 2020
¡Enhorabuena, Joe…!
lunes, 9 de noviembre de 2020
“ A mi perro Pluto”
lunes, 2 de noviembre de 2020
“La Política del dolor…”
Añadir título |
No digo nada nuevo si afirmo que los españoles no lo estamos pasando bien, que la incertidumbre y tensión se acrecienta día a día, que el futuro se ve de un gris tirando a negro, y con olor a ruina, miseria, desesperación. Y es que los vecinos de mi patria – palabra que resurge nuevamente gracias al Sr. Iglesias- , no las tenemos todas con nosotros. No damos crédito a lo que vemos y oímos, y es que cumplidores y leales con el orden constitucional que entre todos nos hemos dado , comprobamos con horror que nuestra voluntad expresada en el voto electoral con la ingenua intención – digo lo de ingenua con pesar- de que los políticos electos busquen y persigan el bien común y den solución a los problemas que nos ahogan y que básicamente se reducen a dos : lucha contra el covid-19 y trabajo (se documentan más de 1,5 millones de ni-nis”), no encuentra respuesta en los responsables políticos y la prueba más evidente de cuanto digo fue la fallida y vana moción de censura en un país con más de 60.000 fallecidos por la pandemia, y que un acertado titular de prensa reflejaba así :”La clase política en su castillo hinchable de feria”. ¿Nos merecemos esto?
Hace ya un tiempo don José Ortega y Gasset dijo aquello de
que “Quien no sabe de política es tonto, y quien todo lo politiza más tonto
todavía”, y por desgracia en esa situación nos encontramos donde para hacer
política se recurre a todo, hasta del dolor y basta para ello tirar de
hemeroteca y leer los titulares de prensa desde marzo hasta la actualidad (“La
OMS declara ya al coronavirus como pandemia y España prevé controlar la crisis
de dos a cinco meses” – “La República de las ideas” ,11-3-2020// “Sánchez instaura el
estado de alarma para frenar el coronavirus”-La Nueva España, 13-3-2020- ) .
Que el año 2020 es bisiesto lo sabíamos todos, pero lo que nadie podía intuir era
la pandemia que nos venía encima, y ante ella las autoridades científicas y
políticas han ido arbitrando diferentes estrategias que, de momento, no han
dado los frutos deseados, a la espera de la salvífica vacuna.
Ante situaciones casi límites como las que vivimos creo que
lo acertado es no alarmar más de lo necesario, pero tampoco ocultar y negarnos
la verdad, lo que pasa y puede pasar, y algo o mucho de esto es lo que hemos percibido los ciudadanos
a lo largo de estos meses, que no entendemos que cuando al Gobierno le interesa
hay mando único y cuando no el interesa instala la “cogobernanza”, categoría de
nueva aplicación, cuando se repite nuevamente el azote con gran intensidad. Los ciudadanos no
entendemos que no haya unidad política y
de acción ante el bicho; menos que se quiera sacar rédito político con el
virus, cuando el único rédito debe ser la salud y el bienestar de todos nosotros,
seamos de la región que seamos; menos que el Presidente de todos los españoles
en el Pleno que instaura un estado de alarma de seis meses no se digne asistir
a su debate y se ausente hecha la presentación de la misma por el ministro de
sanidad Sr. Illa , y menos aún que no tenga tiempo para visitar a afectados o
arropar a las víctimas y sus familias. La política no es publicidad y menos cuando
está en juego la vida y salud de muchos. Si en un tema de esta gravedad no hay
sensibilidad humana y el necesario consenso, ¿en qué lo puede haber? ¿Nos
merecemos esto?
Hace ya algún tiempo, un 13 de mayo de 1940, festividad de la
Virgen de Fátima, Winston Churchill pronunció su primer discurso como Primer
Ministro ante la Cámara de los Lores y en un momento crucial para el futuro de
Europa dijo a los presentes: “…Yo diría
a la Cámara, como dije a todos los que se han incorporado a este Gobierno: ”No
tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”,
A la vista de lo dicho yo me pregunto ¿Qué político español
tiene hoy la autoridad moral para pedirnos a los españoles “sangre, esfuerzo,
lágrimas y sudor”…?
José Antonio Noval Cueto.
sábado, 10 de octubre de 2020
“El último corderín…”
Cuando uno llega a cierta edad empieza a comprender textos,
escritos, muchos de ellos milenarios ,que en las locuras de juventud, en
aquellos tiempos en que uno es el centro del mundo y de sí mismo, nada le
decían, pero que ahora con la madurez que dan los años, o al menos eso se supone, se cargan de intensidad y
pensamiento y esto me pasa a mi hoy, cuando desde el dolor por la muerte de un
ser querido, releo el Salmo 90 que dice: “Enséñanos a calcular nuestros años ,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría”, y es que hay momentos en que
uno debe dar testimonio de lo vivido por si pudiera ser de utilidad, en una
sociedad donde el mérito no cotiza y el progreso no se basa en la moral , sino
en la cuenta de resultados.
En este testimonio de lo vivido uno se encuentra con personas
que han influido y marcado su vida, que han llenado su corazón de sabiduría, algo no fácil de lograr y menos
en tiempos donde se denigra al
sentimiento y se le tilda de trasnochado,
ridículo, romántico... Una de esas personas fue y es Luisa Estrada
Cuesta, matriarca de La Facienda(Traspando) y digo ‘es’ porque a pesar del paso
de los años, - falleció en noviembre de 1992- sus vivencias, sugerencias ,recuerdos
y su mucha cordura me acompañan siempre. Persona de estudios elementales, pero
de un sentido común y de una inteligencia natural digna de encomio, que ya
septuagenaria visitó a sus hermanos en
Buenos Aires y que supo codearse con personas de toda condición social , sin
dar la nota y dejando ese señorío y elegancia que no abunda. Siempre ataviada
con su falda y chaqueta de lana negras, su mandil de pequeños cuadros gris atado
por la cintura , sus lustradas
zapatillas también negras , moño bien
peinado y la lozanía de un esmero cuidado
.
Hasta hoy Luisa no había entrado en mis páginas, pero hechos
luctuosos me obligan a ello y es que el pasado 6 de octubre, hacia las 17 horas
de la tarde, Asunción, su última hija viva, fallecía en La Corte(Lieres), su
residencia desde hacía sesenta y dos años, después de un prolongada y penosa
enfermedad. Una vez más se comprueba que
el tiempo no se detiene, y como bien dice el Salmo (144):”….El hombre es
semejante a un soplo, y sus días son como una sombra fugaz”. No hay nada nuevo
bajo el sol, nacen generaciones y así como nacen desaparecen. No hace mucho los
padres de Luisa cuando ésta se acercaba a su casa con sus cuatro hijos pequeños
( dos hombres y dos mujeres), decían: “Aquí llega Luisa con sus cuatro
corderinos”…Han pasado menos de una centuria, unas décadas, en los planes de
Dios una tarde, y aquellos cuatro corderinos(Nicanor, Ovidio,
Luisa y Asunción)acompañan a sus padres, Cesáreo y Luisa, en el cielo.
Asunción también bebió da sabiduría del corazón y pruebas de
ello hay muchas en estos cuarenta y cinco años que he tenido el privilegio de tratarla , pero siempre me
quedará grabado su alegría y su dolor. Su mucha alegría cuando César
Parajón hacía un buen partido y su equipo, el Oviedo, ganaba. No faltaba a ningún encuentro,
acompañada de Avelino, su marido y demás familia. Su mucho y perdurable dolor cuando
un aciago 13 de enero de 1980 César perdía la
vida en un accidente de tráfico en Marcenado. Su figura triste, inapetente, llorosa
le acompañó durante mucho tiempo y sólo el paso de los años mitigó algo su dolor, pero César, a poco que hablarás estaba
en su boca. Durante mucho tiempo la comparé con la madre del torero Manolete,
por su tristeza y persistente dolor. Si es difícil sobrellevar la muerte hijo,
más lo es aún cuando estaba a punto de convertirse en mito, y prueba evidente
de ello fue su multitudinario entierro.
Como no podía ser de otra manera la muerte de Asunción evoca
a César y los amigos de éste, a pesar de las limitaciones impuestas por la
pandemia, allí estuvieron para arropar a la familia. ¡Muchas gracias!
Ha pasado casi una centuria y la generación de la Facienda se
ha renovado, hay otras personas, entre las que me encuentro y sólo le pido a
Dios que sepamos estar a la altura humana y de corazón de quienes nos precedieron. ¡Descansa en paz,
Asunción, que bien merecido lo tienes!
José Antonio Noval Cueto.
domingo, 27 de septiembre de 2020
“Don Juan: ¡¡¡Muchas gracias!!!”
Hay acontecimientos ante los que uno no puede permanecer
impasible, estático, y es que hoy, festividad del Cristo de Santana de Pola de
Siero- signo identitario poleso- ,los feligreses que estábamos en la misa
solemne, entre ellos autoridades del Concejo, con el Alcalde, don Ángel García,
a la cabeza, hemos vivido un testimonio
humano y de fe, que difícilmente se nos
pude olvidar y que motivan estas letras, aun sabiendo que se quedan cortas para
trasladar lo vivido , escuchado y visto en esta mañana del último domingo de
septiembre, día 27 , y que me traslada
al salmo 19(18)cuando dice que : “sin
hablar, sin pronunciar palabras, sin que se escuche su voz, resuena su eco en
toda la tierra”, y es que el eco de lo visto y oído hoy, con un Don Juan
postrado en suelo en señal de perdón, la fuerza y empuje de su homilía , sus
emociones, sus palabras agradecidas de despedida quedarán y perdurarán entre
nosotros, y especialmente su impresionante testimonio humano y de fe, que nos
recuerda que “uno es lo que es ante
Dios”, no ante nadie más. No abundan ni
arrecian los aplausos en el templo de San Pedro de Pola de Siero. Hoy,
sí. Motivos había y muchos, y así lo premiaban los muchos fieles presentes. Hoy
despedíamos a un sacerdote de carne y hueso, que se sabe persona y
comunidad, que no ha sido ni es
indiferente a los problemas del ser humano y que su única aspiración, su única
‘carrera’ es encontrar un sitio a la vera de Dios Padre, como también lo
debemos intentar cada uno de nosotros y es que – como decía San Pablo y más
ante la Cruz gloriosa del Cristo de Santana-
“el lenguaje de la Cruz es necedad para los que se pierden, pero para
nosotros…es fuerza de Dios”.
Todo este ambiente y explosión de fe se fue creando paulatinamente
a lo largo de la novena -novena atípica por las circunstancias especiales que
vivimos y que obligó a muchos feligreses a personarse en el templo con más de
una hora de antelación para no tener problemas de aforo y hoy, Día grande, con
dos horas de anticipo-. No hubo predicadores asignados para cada día, sólo
tres: Don Andrés, Don Sergio y Don Juan que arropados por la oración
inicial de petición al Cristo de Santa
Ana, los textos litúrgicos del día: Evangelio y
Cartas de San Pablo, propiciaron este clima y apoteosis de la fe, que
hoy vivimos en la Iglesia de San Pedro en la persona de nuestro párroco, don
Juan Hevia, que nos recordaba lo que días atrás oíamos a San Pablo en sus
cartas: “Mi vida es Cristo…Soy prisionero de Cristo…” , y en ese camino estoy y ese es mi cometido, hoy en Pola, dentro de
unos días en otras parroquias.
Después de lo vivido estos cuatro años, después de esta novena y
este día apoteósico de humanidad, humildad y fe, sé que es mucho lo que ha hecho
por todos nosotros y por la difusión de la Buena Noticia, basta para ello
acudir a lo vivido hoy, que no se improvisa, sino que se vive desde la vivencia
de la fe, y es que nadie da lo que no tiene. ¡Que el Señor siga enviando
operarios a la mies de su nobleza y categoría! ¡Que el Cristo de Santana le
proteja y nos proteja ¡ …¡Muchas gracias!
José
Antonio Noval Cueto.
martes, 15 de septiembre de 2020
“San Juan XIII y la Santina”
"San Juan XXIII y la Santina"
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Quiso la casualidad que este año la festividad de la patrona
de Asturias , la Santina, la celebrase en la parroquia gijonesa de San Juan
XXIII- creo que es la primera parroquia con Juan XIII santo- y el motivo no fue otro que mi amigo el
sacerdote poleso don Andrés Díaz Fernández, tomase posesión como titular de la parroquia, y allí nos dirigimos mi esposa y yo, el
pasado 8 de setiembre, a las 12:30 horas. Parroquia joven, trece años de
andadura, para una comunidad joven y en expansión como es Viesques y a donde
llega un sacerdote dinámico, experimentado y comprometido como don Andrés,
arropado por su Buena Palabra, la del Señor, y su cercanía.
Ambiente festivo en un día netamente veraniego, alegría,
cánticos, expectación – presentación del nuevo párroco, arropado por el párroco jubilado don Fernando Fueyo - y el protocolo que una ceremonia de toma de
posesión obliga: Palabras de Bienvenida y explicación del acto a cargo de don
Juan Lozano, Arcipreste de Gijón, lectura del nombramiento, firma de aceptación del
cargo ante las Sagradas Escrituras, celebración y ofrecimiento de la Santa
Misa, con una breve y cercana homilía del nuevo párroco, Don Andrés, que centró
las líneas fundamentales de su labor pastoral en : cercanía,
acompañamiento…Para finalizar el acto, Mari Paz, una feligresa de su antigua parroquia,
San Lázaro del Camino, Oviedo, pronunció unas palabras de agradecimiento hacia
Don Andrés y expresó el deseo que los frutos logrados allí,
se intensifiquen en este nuevo destino,
y es que como muy bien dice el salmo: “El Señor es mi Pastor nada me falta”.
Nada más entrar en el templo,
de tamaño medio y una decoración sobria y elegante , la figura de San
Juan XXIII se hace presente, ya en la estatua de dimensiones moderada de su
persona, , sita en la parte izquierda del templo, ya en el enorme estandarte colocado a la derecha del
presbiterio con un retrato del mismo, y no es para menos, amen de otros muchos
detalles que nos evocan su figura, relicario incluido.
Que la llamada sociedad líquida y productora de etiquetas
hable bien de San Juan XXIII es de agradecer, pero aun así en esas
generalizaciones se omiten aspectos que deben reseñarse y más en momentos tan
difíciles como los que pasamos, y esta es mi pretensión, aun reconociendo que
no soy un gran conocedor de la obra y vida de San Juan XXIII, y para hacerlo mi
único argumentario son recuerdos y vivencias, ya vistos o bien leídos. Así la
figura de su santidad se agranda a mis ojos de niño, cuando allá a primeros de
junio del año 1963, cerca de la época de los exámenes de final de curso,
aparecen banderas de duelo en las ventanas de las calles próximas a mi colegio
y en mi lectura de un libro sencillo, humilde,
cariñoso, que recopila las cartas escritas por su Santidad en diferentes
etapas de su vida a sus familiares,
titulado “ Cartas de San Juan XXIII a sus familiares”, que desvela aún más el
lado humano del Papa y su bondad , su día a día, alegrías, penas,
preocupaciones, deseos, y todo en un estilo sencillo, comprensivo, cariñoso.
Son cartas a sus parientes. Su lectura resultó una auténtica delicia, pero eso
sí, siempre que uno se marque una estrategia de lectura, sin prisas y a un
ritmo de dos cartas diarias.
Fue de esa lectura como conocí las angustias y tristezas
vividas por Su Santidad en su época de
Visitador Apostólico en Bulgaria, durante los años 1925 y 1934 . Fue sin duda
una de los primeras personas en alertar a todo Occidente del mundo
deshumanizado que se estaba gestando en lo que después sería la extinta
U.R.S.S, cuando todos o casi todos los supuestos intelectuales occidentales,
pensando bien, dormían el sueño de la ignorancia acerca de lo que ocurría en el
bloque del Este, del que despertamos tardíamente, con la caída del Muro de
Berlín, en noviembre de 1989. También nos habla de la importancia de la oración
y frecuencia de los sacramentos en la perfección de nuestra vida cristiana y
que debemos ser selectivos a la hora de leer, algo que diría seguro hoy para el
cine y la televisión .
De otros aspectos singulares de la vida de San Juan XXIII hay
suficiente información: Convocatoria del Concilio Vaticano II y la búsqueda de
una fe de calidad, vivencial, honda; de sus Enciclicas y de su sensibilidad y
preocupación humana hay suficiente información y trasciende el contenido de
este artículo que pretende darle la bienvenida al nuevo párroco de San Juan
XXIII, don Andrés Díaz Fernández y desearle todo tipo de aciertos en su nueva
responsabilidad que redundará en beneficio de todos.
Y para concluir estas letras permítaseme recordar que Su
Santidad San Juan XXIII, al poco tiempo de ser nombrado cardenal Patriarca de
Venecia, estuvo en Covadonga y en Gijón los días 20 y 21 de junio de 1954, y fruto
de esa estancia son estas letras suyas que transcribo: “Yo amo a la Madonna de
Covadonga como la amáis vosotros los asturianos. Tengo su imagen en mi
dormitorio y para ella es mi primera oración de la mañana…”
¿Puede celebrarse mejor la festividad de la Santina que
acompañando al nuevo párroco de Viesques, don Andrés, y recordando y venerando
a San Juan XXIII?
José Antonio Noval Cueto.
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jueves, 10 de septiembre de 2020
“Yo no sé por qué la gente tiene tanta necesidad de ‘moverse’…”
No descubro nada nuevo si digo que hemos tenido un verano
atípico, extraño, sin fiestas ni romerías, y con el turismo nacional y
provincial como principales clientes, y es que el virus nos ha hecho pisar la
realidad y reconocer que no hay necesidad de cruzar el Atlántico ni atravesar
media España en busca de otras tierras,
personas y aventuras, cuando no conocemos ni nuestro propio concejo ni
nuestra comunidad autónoma, y afortunadamente ese ha sido el objetivo dominante
de muchos de nosotros: viajes cortos y de pocos días, y así hemos visto que en
muchas zonas de Asturias, especialmente los concejos orientales, exhibían el
cartel de: OCUPADO/ TODO LLENO , y favorecido , además, por el buen tiempo que
hemos tenido.
Quien más, quien menos, hemos hecho algún viaje corto durante
el estío, y después de apreciar y reconocer las maravillas que atesora nuestra
región confesar nuestra ignorancia y lamento. No descubro nada nuevo si digo
que los más nos movemos por Asturias al hilo de nuestras obligaciones familiares
y profesionales, y que el radio de peregrinaje dominante es la Asturias
central, pocas veces vamos a las alas, y dentro que esto es así, los de Siero y
alrededores viajamos más al Oriente que al Occidente, salvo contadas
excepciones, y es que Covadonga y Picos de Europa ya de por sí nos movilizan.
Este verano en el viaje creo que ha primado el componente
aventura, pues ya el mero hecho de hacerlo lo era , pues sobre todos planeaba
el temor al virus, que da cuenta de sí cuando menos se espera y si no que se lo
preguntes a los vecinos de Poo, en Cabrales.
Y en ese componente aventura es imprescindible el factor humano, sin el
cual viaje se reduce a una cansina
sucesión de kilómetros.
Tal me ha ocurrido a mí, un miércoles de últimos del mes de
agosto cuando me encamino a Berodia, localidad situada unos tres kilómetros
antes de Carreña, en busca del exquisito queso “caxigón” que elabora una quesería
de la localidad. Un día de sol espléndido me acompaña mientras subo la acusada pendiente de su estrecha y asfaltada carretera que pone a prueba las pericias del más experto conductor. El pueblo, encajado
en la montaña, es como si fueran dos quintanas paralelas, distantes entre ambas
unos doscientos metros. En una antojana de la primera aparcó y nada
más hacerlo me encuentro con un educado y solicito vecino que me facilita la
información que necesito, que no es otra que saber donde está la quesería de
Eugenia y que se ubica en la que yo llamo segunda quintana. Subo la empinada
calle y me doy de frente con la quesería y con su dueña a la entrada. Después
de las presentaciones se entabla una amena conversación donde se hablan de
multitud de temas, aunque, como es de esperar, el dominante el queso, su
elaboración, sus problemas (escasez de leche, distribución del producto y
preocupación por la elaboración de un producto de calidad- que según Eugenia es
la condición imprescindible para mantener y potenciar el sector-.
El día es de video, de los de “paraíso natural”, con una
naturaleza en calma, bonachona, acogedora, divina, mientras el sol hace de la
suyas, dejando caer sus rayos contras las peñas y difundiéndolos por todo el
entorno. Parece como si sol y aire se hubieran puesto de acuerdo para hacer
agradable la velada y facilitar la estancia, lo que no siempre ocurre, pues
también la naturaleza se enfada en algunas épocas del año y seguro que complica
la vida de sus moradores. Mientras hablamos Eugenia tiene tiempo para saludar a
los huéspedes de una de sus casas rurales e informales de las rutas que pueden
hacer en un día tan espléndido como hoy. Metidos nuevamente conversación, relata su época de estudios
fuera y las posibilidades que se le ofrecieron al acabar los mismos, pero su
vocación, lo que le hacía y hace feliz es elaborar queso, buen queso, de ese
que encanta a los más exquisitos paladares. Regresa a su pueblo y
decide continuar la labor iniciada por su padre, acreditado quesero y frecuente
en los mercados semanales de Cangas, de quien nos habla con una admiración y
cariño y a quien sigue en su código de conducta donde honestidad y calidad van
de la mano.
No es frecuente encontrarse con personas de esta altura humana
y estas letras no reflejan con mucho lo oído y escuchado durante esa breve estancia
en Berodia, pero ha sido lo suficiente para reconocer que la vocación existe y
las personas que la siguen, a pesar de todos los esfuerzos, cargas y renuncias que
la misma exige, disfrutan, vibran , viven cuando hablan de ella, en su caso el
queso y sus posibilidades. Como recetario quede esta indicación que puede ser
útil a todos los amantes del cabrales y es que para cortarlo bien y que no se
desgaje se necesita buen cuchillo y buenas manos.
Pocos días después, de viernes, delante de la Iglesia de las
Clarisas de Villaviciosa, dos señoras de edad, mientras esperaban la misa, estaban asombradas de la cantidad de personas que
pululaban por aquellas calles, y una dijo a otra: “Yo, María, no sé por qué la gente tiene necesidad de
moverse tanto…” Pregunta que seguro tiene muchas respuestas, tantas casi como
personas, pero que yo después de lo
escrito me atrevo a contestar y decirle a esa señora malayesa que uno se suele
mover por curiosidad, por conocer otras realidades- mejores y peores que la
nuestra-, por asombro y especialmente por enriquecimiento humano, como me ha
pasado a mí en Berodia, y es que el factor humano es esencial y primordial en
todo y también en el mundo del viaje.
José Antonio Noval Cueto.
domingo, 23 de agosto de 2020
“Pablo y Marta: ¡Que seáis muy felices!”
Es habitual que en mi familia toda festividad o hecho
importante, como es hoy vuestra boda se
acompañe con palabras, incluso en días donde las lecturas de la Santa Misa y
las certeras y experimentadas reflexiones de Don Salvador poco margen dejan
para hilvanar unos recuerdos y vivencias con la pretensión que os sean útiles .
Ni que decir tiene que quisiera deciros
las palabras más bellas e importantes de vuestra vida, de esas que os
acordarais siempre, pero creo que es una vana pretensión, pues las palabras y
ejemplos más importantes y hermosos para vuestra vida ya las habéis recibido
desde la más tierna infancia y las seguís recibiendo cada día en vuestra
actividad diaria, pero aún así vais a permitirme que incida en algunos aspectos
que considero básicos, aunque no sean nuevos ni desconocidos, pero no por eso
dejan de ser fundamentales .Hace ya un tiempo, a principios del XVII, uno de
los hombres más inteligentes que ha dado España, Don Francisco de Quevedo y
Villegas en su Epístola a don Gaspar de Guzmán, conde de Olivares, se planteaba
si ha de haber un hombre valiente para que diga lo que siente, y en un día como
hoy quien no es valiente para decir lo que siente y creo no equivocarme si digo
que todos estamos muy contentos, esperanzados, y es que el mero hecho de que Pablo y Marta nos hayan convocado aquí para acompañarles en su boda, en la Colegiata Real de San Fernando, el
edificio más antiguo del Real Santuario
de Covadonga, , construido entre 1585 y
1599 siendo obispo don Diego Aponte de Quiñones, lo dice todo.
Hoy, Pablo y Marta, estáis rodeados por casi todas las
personas que más os queremos y os deseamos lo mejor. Sabemos que no todas
pudieron venir, que los tiempos de coronavirus exigen limitaciones, y que otras
desde el balcón del Cielo participan en la ceremonia, como vuestro amigo Juan
que encontró un atajo para subir al mismo desde la cima de Gredos. Los aquí
presentes, con algunos años a la espalda, sabemos que este compromiso que hoy
voluntaria y libremente asumís ante Dios, la Santina y en presencia de todos nosotros es trascendental ,
importante, incide en vuestro futuro y deseamos que sea
para bien, y así lo refleja la
sabiduría popular cuando dice que “el que acierta en casar ya no le queda en
qué acertar”, y de ello seguro que darán
fe en un futuro próximo vuestros hijos y nietos…No hace mucho le preguntaban al
conocido economista Don Leopoldo Abadía que cómo quería que fuera la sociedad
futura que recibiera a sus nietos, él
respondió que no le preocupaba el tipo de sociedad que recibieran , con ser sin duda importante, sino que lo que de verdad le
preocupaba era qué nietos entregaría él a la sociedad, y a esa tarea se os
convoca desde este mismo momento.
Para este nueva etapa que iniciáis hoy no se requieren
grandes estrategias, ni complicados
métodos intelectuales, sino simplemente asimilar que desde hoy ya no soy “yo”,
sino “nosotros”, Pablo y Marta, dos personas unidas que vamos a llevar a buen
término nuestro proyecto de vida, y para ello solo se necesita buena fe,
voluntad, entrega, compromiso y compartir lo bueno y lo menos bueno que nos
traiga la vida, renuncias, ponerse en la mente del otro, pensar que le agrada,
que le gusta, como aumentar nuestro amor
hasta el extremo de que uno respira porque respira el otro, de que uno viva
porque vive el otro y sobre todo mucha comunicación. Hablar mucho. Desde ahora
nuestro proyecto se llama Pablo/Marta, Marta/Pablo, y a él debemos entregar
todas nuestras fuerzas, es nuestro objetivo más importante, el verdadero éxito.
Los otros éxitos que tanto propugnan la sociedad del espectáculo y del papel
cuché son secundarios, y os lo dice una persona de cierta edad y alguna
experiencia y es que según pasan los años uno se da cuenta que lo
verdaderamente importante es la familia y amistades que uno tiene, y esto no se
logra por casualidad, sin esfuerzo. Exige tiempo, dedicación, renuncias… ya que
como decía el Padre Martín Descalzo: “No basta con saberse amados, hay que amar”.
A esto se os invita.
No hace mucho me
encontré unas declaraciones en prensa del exbanquero, Francisco Luzón, que me
sorprendieron gratamente, quien, a pesar de la grave enfermedad que padece, decía:
“La vida es amor, amaré la vida hasta el último segundo. Ahora disfruto
del disfrute de los míos”. Y algo de esto me pasa
a mí, a todos nosotros, “que disfrutamos del disfrute de los nuestros”, de sus
proyectos, de sus ilusiones y arropamos ante las preocupaciones y problemas…Hoy,
Pablo y Marta, el enemigo a combatir se llama “yo”, y como muy bien dice San
Josemaría Escrivá en el punto 700 de Surco “Cómo pretendes seguir a Cristo, si
giras solamente alrededor de ti mismo”, reflexión que es válida para todas
facetas del ser humano.
Por último tengo que agradeceros que hayáis tenido la
valentía, el coraje de dar fe ante todos nosotros de que el amor existe- el
detalle de reunirnos, tal día como hoy,
festividad de Santa María Reina lo dice todo- , que el amor es algo más que
química, que os queréis y que estáis dispuestos a vivir el uno para el
otro, y esto en los tiempos del amor a prueba o del amor condicionado es un
buen y necesario ejemplo y nos recuerda que también nosotros, hace ya un
tiempo, dimos el mismo paso y hoy al contemplar el rostro radiante de ilusión y
felicidad que tenéis, nos vemos reflejados en él y contentos, y es que como
dice el poeta: “ Hablo , y el corazón me sale en el aliento. Si no hablara lo
mucho que quiero me ahogaría. Con espliego y resinas perfumo tu aposento. Tú
eres el alba, esposa. Yo soy el mediodía.”…”¿Quién encierra una sonrisa? ¿Quién
amuralla una voz?... La respuesta la sabemos todos: NADIE
¡Ojalá que os vaya
bonito! ¡Que la vida os vista de suerte! ¡Que la Santina os proteja y guíe!¡Recordad
que la Madre del cielo, la Santina, nunca falla!
No quisiera concluir mis palabras sin agradecer una vez más a
don Salvador las atenciones que ha tenido conmigo y mi familia desde hace
cuarenta años y sigue teniendo al oficiar hoy sábado, 22 de agosto, vuestra
boda. ¡Muchas gracias, Don Salvador!
¡Pablo y Marta que seáis muy felices!
Covadonga,
22 de agosto de 2020