domingo, 9 de septiembre de 2012

“La noche más oscura”


Es el título  de la novela de Ana Alcolea que resultó ganadora de la VIII Edición del Premio Anaya de Liteatura Infantil y Juvenil, Premio CCEI 2.012, y que tiene como protagonista principal a Valeria, hija adoptada por Mercedes, sicoterapeuta de profesión, que diseña un plan de vacaciones muy original en un faro del Mar de Noruega, con el objetivo de encontrar tranquilidad, sosiego y sentirse a sí misma, pero a lo largo de su breve estancia ve que sus necesidades de sociabilidad y de agradecimiento con el otro, con el prójimo, en este caso representado por Lars, viudo, y su hijo Williams- arrendadores del Faro- va a cambiar algo sus objetivos iniciales.

El libro -que toma nombre de la contraseña que utilizó el ejército ruso para llevar a cabo una operación militar en la zona, con la pretensión de liberar a 195 presos,- consta de 43 capítulos, de breve extensión, donde se entremezcla la realidad y imaginación, en forma de sueño, y donde se cruzan historias alternativas; unas que se refieren al momento presente, sus vivencias en el Faro, y otras que remiten a un pasado reciente, la II Segunda Mundial, concretamente al año 1.941, y a uno de los inviernos  más duros de la misma, donde por congelar, como dice uno de sus personajes, se habían congelado ya hasta los sentimientos. Pues se da la paradoja que esta “Catedral del Mar”, o sea el Faro donde descansan ahora madre e hija, el Kjesergskjaer fyr, desempeñó un papel decisivo en el desenlace de la misma .

De lectura ágil, que arrastra al lector, se descubre la profesionalidad de la escritora que sabe narrar con ternura y delicadeza los acontecimientos y sorpresas que describe Valeria, niña que acaba de terminar 3º de la ESO, durante  su breve estancia en el faro. La autora se dota de una estructura ágil, abierta, que le permite recalcar la importancia de la forma, el cómo decir las cosas, sin que en ningún momento decaiga el interés por el contenido, pues como buena profesional y conocedora del entorno donde se desarrolla la novela, sabe incorporar en cada capítulo las dosis de belleza, ternura y conocimiento que el episodio necesita, y todo impregnado del realismo y la fantasía propia de la protagonista, Valeria, alumna de 3º de Eso, así como breves reflexiones, a modo de sentencia, sobre la importancia de la Historia cuando dice que: “conocer la Historia nos ayuda a no repetirla”.

De su lectura se descubre que esa desconfianza que ,a veces, provoca en el lector exigente el uso comercial y fraudulento de la concesión de los Premios Literarios no siempre es verdad, y en esta obra de título enigmático y pleonástico “La noche más oscura” uno comprueba con satisfacción que se aúna la calidad en el Premio y de ello tenemos que congratularnos todos, pues ello va en beneficio del lector y  en esta caso de los nuevos y titubeantes lectores que surjan de las aulas, y pedir o exigir que los Premios Literarios cumplan la función originaria, de allá por los finales de los años 40 del siglo XX, que no era otra que dar a conocer grandes obras y potenciar a los nuevos autores que lo merezcan. Deslinde que si siempre fue muy necesario, más en los tiempos actuales donde hay excesiva voracidad por imprimir lo que sea, y aquí está el verdadero peligro para el futuro del Libro y, como no, de la propia Literatura, que no debe descuidar ni banalizar la importancia de la forma.

Dicho esto, creo que el mérito o ventaja de esta novela es que su protagonista Valeria, alumna de 3º de Eso, nos lo ha contado todo, en palabras de la propia escritora,  desde los ojos del alma, de ahí la ternura y delicadeza que exhalan sus páginas.

                                        José Antonio Noval Cueto.

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